A finales del mes de marzo pasado decenas de países a lo largo del planeta se preparaban para (o estaban ya sumidos en) un confinamiento nunca visto. Pero al tiempo que unas puertas se cerraban, otras se abrían: la nueva entrega de la saga Animal Crossing llegaba para hacernos partícipes de que a la imaginación y la creatividad no se las puede encerrar.

Decenas de millones de jugadores en todo el mundo han construido durante estos meses sus islas, muchas de ellas inspiradas en ubicaciones reales. Y una de las funcionalidades del juego consiste precisamente en visitar islas ajenas, ya sea mediante una invitación con la que nos desplazamos al lugar indicado, o bien mediante los llamados Dream Codes, unos códigos gracias a los cuales podemos soñar, sin invitación requerida, con cualquier isla.

De la suma de las grandes capacidades del juego y la enorme inventiva de la comunidad nace el vasto mundo de Animal Crossing: New Horizons. Este es un recorrido por él.