El archipiélago de Madeira es uno de los destinos más fotogénicos del continente europeo. La actividad volcánica, sus numerosos microclimas —casi tantos como paisajes diferentes—, y el capricho de los vientos alisios han dado forma a sus islas. Además, la rapidez con la que se suceden los cambios de luz hace que un mismo lugar pueda mostrarse completamente diferente en el corto espacio de algunos minutos. Entre el nivel del mar y los 1.861 metros del pico Ruivo, el punto más alto de Madeira, la isla más grande, encontramos vertiginosos acantilados, bosques de laurisilva, viñedos casi verticales y hermosas localidades marineras. Porto Santo, con poco más de 40 kilómetros cuadrados y un perfil mucho más plano, no se queda atrás en variedad y espectacularidad de paisajes.

Hemos recorrido estas dos islas, las únicas habitadas del archipiélago madeirense, para captar toda esa variedad de luces con la nueva Fujifilm X-S20, una cámara ligera y muy ergonómica con capacidades de alta calidad tanto en fotografía como en vídeo, con una resolución hasta 6,2K y el modo Vlog, que permite hacer ajustes en la pantalla táctil y cuenta con los modos de desenfoque de fondo o el de prioridad del producto.

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