Nosotras cruzamos con las manos vacías y aunque nos gustaría perdernos por el Mercado Central de Villazón, en el municipio boliviano, una Amarok 4x4 espera a que regresemos hacia el costado argentino. Asunción Rodríguez, responsable del Cine Móvil Jujuy –un equipo de cine móvil que proyecta películas en lugares aislados de la provincia de Jujuy–, ha querido aprovechar el viaje a La Quiaca, la última localidad del país, para acercarse a la frontera. En ella encuentra el son de sus raíces, pero también esa mezcla de inquietud y promesa que los lugares limítrofes desprenden.

Mientras observamos el nombre de Bolivia colocado en un cartel de hierro fundido, me cuenta el sueño que tiene: cortar el puente para colocar una pantalla de cine inflable en cada costado de la frontera. “Ir a la frontera siempre fue algo muy profundo. Bolivia es la tierra de mis padres. Y es solo un puente lo que nos separa, un río pequeño. Aunque estamos cerca casi no conocemos este país, casi no conocemos la filmografía de Bolivia. Con el cine podemos sentirnos una sola región, una sola parte ”, asegura Rodríguez.

En Argentina nos espera Marcelo Robles –Técnico del Cine Móvil Jujuy, una iniciativa que cuenta con el apoyo de la Secretaría de Cultura provincial en convenio con el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina–, dentro de una camioneta equipada con una pantalla rebatible de 2x3 metros, dos altavoces, un reproductor Blu-ray, un portátil y un proyector cubierto con poliestireno.

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