En total, entre las 6,8 hectáreas que ocupa en la actualidad el salar, hay distribuidas 3744 pozas de sal que en su mayoría se han ido heredando de generación en generación, prevaleciendo en la historia de cada una de las familias de la zona el valor que este lugar tiene para su economía, para su cultura y para su historia.

Todas ellas pertenecen a 633 socios que forman parte de MaraSal, la empresa que gestiona desde hace 23 años la explotación del salar y que ha puesto en valor este producto a través de su cosecha y producción artesanal como lleva haciéndose desde hace más de 2800 años atrás. Y tras algunos de ellos, grupos de personas individuales, familiares o amigos que tienen en su poder una única poza -puesto que, para poder formar parte de la sociedad, cada socio o grupo de socios debe poseer al menos cuatro pozas de sal-.

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